Más que el aliento frutal o que las mieles
que emanan de tu lengua,
lo que busco en tu boca es una tregua,
una pausa, un respiro,
una burbuja de paz, una armadura,
un cuarto secreto o una cámara oscura
que silencie el perenne sollozo
de un torpe dragón
que unas veces te calienta
y otras te quema con su amor.
Luchy Placencia