¿Para qué tormenta?,
si no lluevo contigo;
no me germina
el agua de tu cuerpo
ni convierte en delta vivo
esta aridez quemante.
¿Para qué tormenta?,
si los destellos en tu cielo
no iluminan mi alma;
no me infunden aliento
tus ráfagas de viento
ni sabremos qué hacer,
cuando lloviendo afuera
escampe adentro y duela
tanta humedad desperdiciada.
Luchy Placencia.